¿Qué es la transición menopáusica?

La transición menopáusica (perimenopausia) es el periodo que une los años reproductivos (de maternidad) de una mujer con la menopausia. Se dice que una mujer está en la menopausia si no ha tenido períodos menstruales durante un año. Una vez en la menopausia, los ovarios dejan esencialmente de producir hormonas y la mujer pierde su capacidad de quedarse embarazada. La edad media de la menopausia es de 51 años.
Durante la transición a la menopausia, las mujeres suelen tener ciclos menstruales cambiantes, sequedad vaginal, sofocos o bochornos (sensación repentina de calor y enrojecimiento de la cara y el pecho con sudoración y, a veces, escalofríos) y problemas para dormir. Algunos de estos síntomas se producen constantemente, mientras que otros aparecen y desaparecen. Los síntomas pueden ser de leves a insoportables y pueden interferir con las actividades diarias y el sueño. La perimenopausia es diferente para cada mujer, pero suele durar unos 5 años.

¿Qué cambios hormonales se producen durante la transición a la menopausia?

Muchos de los síntomas que una mujer nota durante la transición se deben a los cambios en los niveles hormonales. Estos cambios pueden provocar modificaciones en el ciclo menstrual y el sueño, así como sofocos y sequedad vaginal. Las hormonas trabajan juntas para mantener un equilibrio. Cuando los niveles hormonales suben o bajan, hacen que los ovarios o la hipófisis del cerebro produzcan más o menos cantidad de otras hormonas. A medida que la mujer envejece, el equilibrio hormonal cambia.

Inhibina

Uno de los primeros cambios hormonales es la disminución de una hormona llamada inhibina. El ovario produce inhibina y ésta le dice a la hipófisis que produzca menos hormona estimulante del folículo (FSH). A medida que los niveles de inhibina disminuyen, los niveles de FSH aumentan. Los cambios en los niveles sanguíneos de estas hormonas pueden encontrarse meses o años antes de que una mujer comience la transición a la menopausia.

FSH

La FSH es producida por la glándula pituitaria. Los niveles suelen subir y bajar durante la transición a la menopausia. Los niveles de FSH pueden ser muy altos un día y muy bajos al día siguiente. Cuando los niveles de FSH son altos, los ovarios producen más estrógeno. Cuando los niveles de FSH bajan, los niveles de estrógeno disminuyen. Estos cambios en la FSH y el estrógeno pueden ocurrir meses o años antes de la menopausia.

Progesterona

La progesterona es producida por el ovario y aumenta después de la ovulación (liberación de un óvulo del ovario). A medida que la mujer ovula con menos frecuencia, los niveles de progesterona pueden permanecer bajos, lo que provoca la ausencia del periodo menstrual.

AMH

La hormona antimülleriana (HAM), al igual que la inhibina, es producida por los ovarios. A medida que la mujer envejece, sus niveles de HAM descienden y no son detectables unos años antes de entrar en la menopausia.
Es importante entender que los cambios hormonales varían de una mujer a otra. Aunque los niveles altos de FSH y bajos de AMH e inhibina se observan a menudo en la transición a la menopausia, no existe un análisis de sangre específico que pueda predecir o diagnosticar que una mujer está en la transición a la menopausia.

¿Qué síntomas es más probable que experimente?

Los síntomas varían mucho de una mujer a otra. Pueden aparecer en distintos momentos y con diferentes grados de gravedad. La información que se ofrece a continuación es sólo una guía sobre lo que puede experimentar, y no cubre todos los síntomas posibles.

Cambio en los patrones de sangrado menstrual: A medida que las mujeres envejecen, los períodos menstruales cambian. Pueden ser más o menos frecuentes, más cortos o más largos, y más abundantes o más ligeros. Es importante saber que la ovulación puede seguir produciéndose y que las mujeres en la perimenopausia a veces pueden quedarse embarazadas. Las mujeres que no deseen quedarse embarazadas deben seguir utilizando métodos anticonceptivos hasta que no hayan tenido un período menstrual durante 12 meses.

Los cambios en el ciclo menstrual de una mujer son comunes y esperables durante la perimenopausia. Sin embargo, el empeoramiento del sangrado o la irregularidad del mismo debe consultarse con el médico. Las hemorragias anormales pueden ser el resultado de otros problemas en el útero, como pólipos, fibromas, hiperplasia (crecimiento excesivo del revestimiento del útero) o incluso cáncer.

Sofocos y síntomas vaginales (por ejemplo, sequedad, picor y dolor en las relaciones sexuales): Estos síntomas suelen estar causados por niveles bajos de estrógeno, y pueden comenzar meses o años antes de la transición a la menopausia. Aunque aproximadamente dos de cada tres mujeres tendrán sofocos en algún momento, el momento, la cantidad y la duración de estos síntomas pueden variar. Los sofocos pueden durar desde meses hasta algunos años. Para la mayoría de las mujeres, estos síntomas mejoran gradualmente. Los síntomas vaginales pueden aumentar con el tiempo. La sequedad vaginal puede ser especialmente perceptible durante las relaciones sexuales. Es importante que informe a su médico sobre los cambios molestos para que puedan ser tratados adecuadamente.

Síntomas del estado de ánimo/alteraciones del sueño: Durante la perimenopausia, algunas mujeres también tienen problemas de sueño, falta de memoria y depresión/ansiedad. La disminución del deseo sexual (libido) también es bastante común. Aunque muchos de estos síntomas pueden ser el resultado de la disminución de los niveles de estrógeno, también pueden ser un signo de otras condiciones médicas. Si experimenta alguno de estos síntomas, hable con su médico para recibir la atención adecuada.

¿Qué tratamientos existen para los síntomas de la perimenopausia?

Problemas de sangrado: Antes de iniciar el tratamiento, debes someterte a una revisión exhaustiva. Si las hemorragias anormales se deben a los cambios hormonales de la perimenopausia, se puede iniciar un tratamiento con estrógenos y/o progesterona en forma de píldoras, inyecciones, parches o dispositivo intrauterino (DIU).

Sofocos: La toma de estrógenos en forma de píldoras, parches, geles o aerosoles es muy útil para aliviar los sofocos. Las mujeres que tienen útero también deben tomar medicamentos que protejan contra los cambios precancerosos en el revestimiento del útero que pueden producirse por el uso prolongado de estrógenos solos. Para algunas mujeres, las hierbas medicinales o la acupuntura pueden ayudar un poco, pero no hay muchas pruebas médicas de que funcionen para todas las mujeres. Por último, algunos medicamentos (antidepresivos y medicamentos para el sistema nervioso central) que suelen utilizarse por otros motivos también pueden aliviar los sofocos. También pueden ayudar a las mujeres que tienen problemas con el sueño o el estado de ánimo. Los cambios en el estilo de vida, como evitar la cafeína y el alcohol, mantener el ambiente fresco y llevar ropa más ligera, pueden reducir los síntomas. Asegúrese de hablar con su médico sobre si la terapia hormonal es la opción adecuada para usted.

Síntomas vaginales: Las mujeres suelen encontrar alivio para la sequedad y las molestias vaginales utilizando medicamentos hormonales (en forma de píldora, parche, gel, crema o spray). Los humectantes o lubricantes vaginales también pueden ayudar. Asegúrate de hablar con tu médico sobre cualquier síntoma vaginal. Estos síntomas son algunos de los más fáciles de tratar con éxito y tienen menos efectos secundarios.

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